El núcleo de confianza de Sánchez es tan pequeño que le cuesta hallar nombres para su Gobierno

El mermado equipo de confianza del nuevo presidente, Pedro Sánchez, es un factor de dificultad para la composición del Gobierno. Desde que fue reelegido secretario general, en junio del año pasado, el núcleo más cercano a Sánchez ha ido menguando, hasta el punto de que incluso quienes entonces se significaban como ‘pedristas’ distanciaron las relaciones con su líder.

Él mismo, achacaron, se blindó en Ferraz y apenas confiaba más allá de sus más íntimos, como José Luis Ábalos —secretario de Organización—, Carmen Calvo —secretaria de Igualdad— o Adriana Lastra —vicesecretaria general del partido—. El propio Ábalos afirmó este sábado que la composición del Ejecutivo se conocerá «a mitad» de la próxima semana y estará compuesto por personas «de inspiración socialista».

La complicación no estriba sólo en el Consejo de Ministros —con unos 11 o 12 cargos— sino en toda la estructura gubernamental, sobre todo, en la designación de altos cargos como las secretarías de Estado. Un perfil de una innegable importancia.

Aunque Sánchez insistió en que su Gobierno será socialista, algunos cargos consultados no descartan que pueda haber un gesto hacia Podemos en estos puestos secundarios.

La composición del gabinete tiene además la dificultad de que Sánchez no quiere desatender al partido y, sobre todo, al grupo parlamentario, más crucial que nunca en su labor en el Congreso ante la oposición del Partido Popular y Ciudadanos.

Este grupo ya estaba muy distanciado, en primer lugar, por la limitación de que Sánchez no dispone de escaño. El hecho de ser presidente del Gobierno no resuelve esa situación y, por tanto, la portavocía del grupo, ahora en manos de Margarita Robles, sigue siendo esencial. Robles tiene un indudable perfil «ministrable», aunque, según este criterio, su nombramiento no está del todo claro.

La convivencia del grupo socialista no ha sido fácil por la perenne división entre ‘pedristas’ y ‘susanistas’ o, más bien con el paso del tiempo, entre los más afines al secretario general y sus críticos. Algunas instrucciones emanadas directamente desde Ferraz, como la oposición a la prisión permanente revisable, ya abrieron sonoras fracturas. Al igual que la gestión general de la labor de oposición en los últimos meses, que disgustaba a un nutrido grupo de diputados.

Mientras perfila el gabinete, el recién nombrado presidente se estrenará este lunes con una reunión en el Palacio de La Moncloa con el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko. El Gobierno confirmó este domingo esa reunión después de que ayer se estuviera a la espera de ultimar algunos detalles respecto a la visita de trabajo a España del presidente ucraniano. La reunión será a las 9.30 horas, antes de que Poroshenko se traslade al Palacio de la Zarzuela para reunirse con el Rey. Allí, Felipe VI y la Reina Letizia le ofrecerán un almuerzo en su honor, al que asistirá también la esposa del presidente de Ucrania.

Por su parte, secretario de Organización del PSOE insiste en que el partido no ha establecido «ninguna alianza» con los independentistas para sacar adelante la moción de censura contra Mariano Rajoy porque los socialistas van a seguir «la línea de la Constitución».

Ábalos aseguró este sábado que su partido defiende «la unidad territorial de España» y ha negado que la moción de censura haya significado un éxito para el PSOE porque el viernes pasado en el Congreso «ganó la democracia». Preguntado por cuánto tiempo estará Sánchez al frente del Gobierno, Ábalos recordó que algunos de los grupos que apoyaron la moción no están por un adelanto electoral aunque, dijo, Sánchez lo acordará «en función de la estabilidad del país».